Los Andes ingresó al reducido con la victoria frente a Dálmine

los andes vs dalmine 1

Los Andes dejó todo, se repuso del golpe ante Chicago y venció como local 1-0 a Dálmine, con un gran tanto de Lorefice y una atajada que vale un gol de Maxi Gagliardo. A los 34 minutos del primer tiempo, el mediocampista tiró de media distancia para el tanto final. El arquero fue gigante para ese mano a mano con Solis. Hubo mucho ímpetu y esta vez si se pudo soportar el resultado a favor.

 Hay atajadas que valen como un gol, y hay goles que valen mas que una victoria. Porque ese mano a mano de Solis cuando se moría el partido, podría haber sido otra frustración en el final para un Los Andes que ya venía de un golpe terrible ante Chicago. Pero como sucedió frente a Temperley, Chacarita y Comunicaciones entre otros, Maxi Gagliardo se transformó en figura, se plantó delante del rival, le provocó a este una sensación de miedo, y extendió su mano derecha para que el pueblo de Lomas lo celebre como un tanto propio

 

La diferencia manifestada por Lorefice, el mejor de la cancha, no fueron solo tres unidades que quedan en el sur, sino fue alejar los fantasmas de Mataderos, hacer ingresar a Los Andes al reducido, y sacar a flote un trámite de cotejo que no era nada fácil.

 

Dándole revancha a 10 de los 11 del martes, con Vicente por Segovia sancionado, el local arrancó bastante dormido y con un tiro por encima del travesaño y un mano a mano que definió mas Solis, Villa Dálmine comenzó a acercarse a la valla del ex Atlanta.

 

Con Lorefice dando bien el primer pase, pero no encontrando el desnivel en Bevacqua y Vera, el “Milrayitas” hacía posesión del balón, pero lo mas claro era la escalada constante de Martínez, buscando a un Noriega que no tuvo se mejor tarde.

Un derechazo de Ricardo Vera antes de la media hora que pasó cerca del palo derecho de Gómez era lo mas inquietante del conjunto de Nardozza, que no sabía como potenciar a su equipo en ofensiva.

 

Pero esto se pide a veces, cuando el sentido colectivo no da sus frutos, la individualidad es la que manifiesta la diferencia entre unos y otros. Porque Lorefice capturó un rebote en la puerta del área y nunca dudó del desenlace, que era un seco remate que besó el caño izquierdo, sacudió la red, e hizo delirar a todo el público. No era merecido, pero era una ventaja vital para un Los Andes que tenía que justificar luego del gol la diferencia.

 

La visita se sostenía con un Raúl Pérez activo pero decidiendo mal. Mbombaj escalando por el costado y el equilibrio de la mitad, Falcón que está siempre en todos lados. Crecía el trabajo de un Franco averiado por un golpe, de Bravo siempre duro en la marca y con Zeballos yendo de menor a mayor.

 

La alarma sonó en el arranque del complemento donde dormido, el dueño de casa pasó otro sofocón. Un tiro de Ferreiro salió por encima del travesaño. Los minutos pasaron, se la jugó Rondina, Nardozza cambió para tener más el balón, buscar el respiro y lo logró porque hubo solvencia para soportar el triunfo.

 

Rose por Pajón luego de los 20 y una situación clara para Martín tras la escalada de Vicente que pegó en la cara externa de la red. Bevacqua hizo todo bien, pero Noriega en el epílogo falló un gol increíble abajo del arco, que podría haber sentenciado la historia.

 

Siempre sufriendo Los Andes, que se agarra de su arquero, de uno de los mejores del campeonato, para no ceder puntos.

Porque Solis con su velocidad se metió en el área, nadie lo tocó porque era penal, pero cuando se enfrentó al gigante número uno, se nubló, trató de ponerla contra la pierna derecha y el palo del guardameta, y este hizo magia con su mano y ahogó un grito que parecía se iba a dar. Nadie podía cuestionar si Dálmine lo igualaba porque el trámite así lo marcó, mas allá que los de Campana no tuvieron tantas situaciones de gol, el “Milrayitas” tampoco.

 

Con Lorefice y Franco de estandartes, mas la figura de Gagliardo, con un ímpetu valorable, este Los Andes cosechó otra victoria, se hizo fuerte en casa, para meterse en el Reducido, esperando por lo que suceda entre Morón y Merlo. Ahora será el turno de Almagro y tener como iniciativa poder vencer a los que no están en la cúspide, pero también, dar el salto de calidad ante los que luchan por el mismo sueño.

 

 

 

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