Alrededor de las 12, y con un retraso importante por una descoordinación ya que “la Policía olvidó trasladar al detenido” hacia Tribunales, comenzó la audiencia en la que declararon un amigo del imputado, Sergio Obando, y un ex compañero de trabajo, Pedro Parise.
El primero, técnico electromecánico, es quien le vendió la cámara a Santillán, aquella que estaba en el domicilio que no pudo ser hallada luego del incidente en el cuál Fátima Catán perdió la vida.
Obando, que conoce al imputado “hace 13 años”, admitió que fue quien le vendió el aparato, pero se contradijo cuando intentó explicar, ante la insistencia de los jueces, el motivo por el cual su amigo se la había solicitado. “Me la pidió por seguridad”, aseguró mientras declaraba.
Por otra parte, Obando sostuvo que esa cámara “no sirve para almacenar imágenes”. “Está diseñada para los camiones con acoplado, los ayuda a estacionar. Tiene un reflector para que miren hacia atrás”, puntualizó, al tiempo que descartó que pudiera ser conectada a una computadora.
Por otra parte, el otro testigo, Parise, hizo énfasis en un llamado que habría recibido por parte de la propia Fátima el día del hecho. “Mis compañeros estaban comiendo un asado pero yo no fui porque tuve que llevar a mi hija al pediatra. En eso me llamó Fátima para preguntarme donde estaba su pareja. Estaba muy alterada, me hablaba fuerte y alto”, señaló.
Comentó que quiso “tranquilizarla” y que ella sostenía que Santillán no estaba en un asado, si no con otra mujer. “Me está cagando”, habría asegurado la víctima.
El miércoles 8 de abril se realizará a las 10 una nueva audiencia, en la que declararán tres testigos más de la defensa y, luego, ambas partes expondrán sus alegatos. También se fijará la fecha de sentencia.