La caída del empleo en el país es hoy la principal preocupación de la Iglesia y así quedó reflejado en sendos pronunciamientos surgidos de distintas instancias eclesiásticas, con motivo del Día del Trabajador.
«Los argentinos tenemos una gran deuda: la deuda social», advirtió, por un lado, el titular de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado, el obispo Jorge Lugones. Y lamentó: «Estamos acostumbrándonos a vivir en un mundo de excluidos e inequidades sociales. Es una gran falta moral, que compromete a la dignidad del hombre y atenta contra la paz social».
Lugones, que es obispo de Lomas de Zamora, un distrito que reúne a seis municipios de la zona sur del conurbano bonaerense, afirmó que «la democracia estable implica un Estado presente» y recordó, como señala el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, que «la desocupación representa una verdadera calamidad social, sobre todo para las nuevas generaciones».