La fiscal Marina Rocovich solicitó la pena máxima por el delito de “homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género”. Remarcó la importancia de los testimonios de allegados a la víctima sobre los celos del acusado.
Se llevó ayer la instancia de alegatos del juicio por el crimen de Érica Soriano. La fiscalía solicitó 25 años para Daniel Lagostena por el delito de “homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género”. Asimismo, la querella pidió la misma pena para el acusado, mientras que la defensa solicitó su absolución
La fiscal Marina Rocovich consideró que durante la etapa probatoria “se acreditó que entre las 22 horas del día 20 y la mañana del 21 de agosto del 2010 el acusado causó intencionalmente la muerte de Érica Soriano e interrumpió el embarazo por medio de métodos aún no determinados”.
En su alegato, Rocovich señaló los testimonios de los familiares y allegados de la víctima para fundamentar la culpabilidad de Lagostena, quienes dieron cuenta de los problemas que atravesaba la pareja por sus celos, además se refirió a los mails incorporados a la causa, donde se intercambiaban mensajes. “La madre junto a sus hermanos y amigas fueron contando diferentes episodios que daban cuenta del cambio de conducta, de vestimenta y que Érica ya no era la misma desde que se fue a vivir con él”, aseguró, y apuntó: “Los celos se evidenciaban desde el principio de la relación”.
También hizo referencia a la palabra de la psiquiatra Ana María Arias, quien describió al imputado como “un controlador y manipulador”. “La perito contó en esta sala que la persona narcisista, tal como calificó a Lagostena, no admiten que el objeto los deje y que en caso de que suceda así, son capaces de reaccionar con violencia”, indicó, a la vez que recordó que Lagostena tuvo otras acusaciones por violencia en relaciones de pareja previas.
“En este caso es indudable la violencia psicológica que ejercía Lagostena sobre Érica. El controlaba la vida y ella podía no podía decidir nada”, precisó.
Por otro lado, hizo hincapié en la actitud posterior a la desaparición, la cual despertó las sospechas de la familia Soriano y remarcó la importancia “del vínculo con el rubro funerario”. “La relación de Lagostena con el rubro funerario y con De Simone fue clave para hacer desaparecer el cuerpo de Érica”, manifestó.
El 3 de julio continuarán los alegatos, donde la fiscalía replicará lo expuesto en la audiencia por la defensa de Lagostena.