El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora condenó este lunes a prisión perpetua a Emanuel Ramiro Sueldo (24) por ser autor del homicidio de Miguel Alaniz, que tuvo lugar el 11 de abril del 2017 en la puerta del banco Santander Río de Lomas.
La convocatoria a la lectura de la sentencia era a las 12, pero ante la ausencia del Sueldo, se lleyó algunos minutos antes. El Tribunal lo encontró penalmente responsable de ser autor del delito de “homicidio agravado criminis causa en concurso real con robo agravado por el empleo de arma”. La pena es prisión perpetua.
El juicio comenzó el 21 de marzo de este año y finalizó este lunes. El único acusado por el crimen era Emanuel Sueldo, quien al igual que la víctima se encontraba en situación de calle cuando ocurrió.
Durante las primeras audiencias los testigos no lograron identificar a Sueldo en las imágenes del ataque a Miguel Alaniz, que fueron captadas por las cámaras de seguridad del Municipio. Sin embargo, el proceso dio un giro en las últimas dos audiencias, realizadas el 9 y el 11 de abril pasados, en las cuales declararon personas en situación de calle, que fueron amigos de Miguel y aseguraron que quien aparecía en las imágenes era “sin dudas Emanuel”. Con estas declaraciones, culminó la instancia de audiencias testimoniales.
La audiencia previa a la lectura de la sentencia fue la de alegatos, en la que la fiscalía y la defensa hicieron sus respectivos descargos sobre la causa: La fiscalía pidió reclusión perpetua y la defensa abogó por la absolución del acusado.
Miguel Alaniz tenía 55 años, estaba en situación de calle y se dedicaba a la venta de pañuelos descartables y otros objetos frente al banco Santander Río, ubicado sobre la avenida Hipólito Yrigoyen 8820 de Lomas. Allí fue encontrado muerto el 11 de abril de 2017. Su cuerpo estaba carbonizado.
Pese a que en principio se barajó la posibilidad de que se tratara de un accidente ocasionado por un cigarrillo, la causa dio un giro cuando se conocieron los resultados de la autopsia. El cuerpo de la víctima presentaba heridas punzo cortantes, por lo que se descartó la hipótesis del colchón prendido fuego de manera involuntaria. Las cámaras de seguridad de la zona fueron clave para identificar al asesino.