Massa: «La grieta se murió y empieza una nueva etapa»

Después de su categórico triunfo, el candidato de UxP anunció que convocará a un gobierno de unidad nacional «sobre la base de llamar a los mejores, sin que importe su fuerza política», al tiempo que destacó su firme intención de convertirse en «el presidente del trabajo y de la seguridad».

El candidato presidencial de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, reiteró su convocatoria a desarrollar un modelo de «unidad nacional», después de revertir los resultados de las PASO de agosto y quedar en el primer lugar en las elecciones; afirmó que «cuidará del país» a partir del 10 de diciembre y anunció que «la grieta se murió hoy».

Luego de obtener el 36,67% de los votos y pasar a la instancia de balotaje con el postulante de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, quien cosechó el 29,99%, Massa reiteró su propuesta de construir una nueva mayoría que a partir del 10 de diciembre se traduzca en un «Gobierno de unidad nacional».

Además, hizo un llamado a los votantes del Frente de Izquierda (FIT) y de Hacemos por Nuestro País (HxNP), del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.

Pero aclaró, al hablar en soledad desde el escenario del búnker de UxP, que su convocatoria será a los «mejores» de cada espacio y no un agrupamiento «partidocrático».

Massa anunció, al asumir su victoria, que «la grieta se murió», en referencia a la fuerte polarización entre el kirchnerismo y Juntos por el Cambio (JxC) que definió al sistema político, como mínimo, desde la última década.

En ese aspecto, dio por sentado que, en caso de ganar en la segunda vuelta, el 10 de diciembre empezará una «nueva etapa en la política argentina».

En efecto, Massa se dirigió a los votantes de Myriam Bregman y del cordobés Schiaretti, a quienes llamó por su nombre de pila, y a los radicales de JxC que creen en la «educación pública», y aseguró que hará todo su «esfuerzo» en trabajar para «ganarse su confianza».

«Mi compromiso es construir más Argentina con reglas claras y orden», remarcó, en un mensaje en el que mostró autonomía y en el que insistió que trabajará durante los «próximos 30 días» en «consolidar la idea de que ese gobierno de unidad nacional es posible».

Massa habló solo en el escenario, en una ratificación de la centralidad de su figura, y solo estuvo acompañado durante un momento por su esposa, Malena Galmarini, y sus hijos Milagros y Tomás, del mismo modo que lo hizo la familia de Agustín Rossi, el jefe de Gabinete y su compañero de fórmula.

Además abogó por «construir reglas claras frente a la incertidumbre, construir una patria que sin dudas tengamos la capacidad de que nuestros hijos puedan ir con una computadora en la mochila y no con un arma en la mochila».

Además bregó por «establecer los pilares de políticas de estado, convocar a un gobierno de unidad nacional para construir una industria argentina fuerte, frente a aquellos que plantean la apertura indiscriminada de las importaciones».

En ese sentido, apuntó a «construir con aquellos que quieren más educación pública, gratuita, de calidad e inclusiva, ante los que quieren ofrecer voucher», en relación a la propuesta de Javier Milei.

De hecho, y en un intento por diferenciarse de Milei, el candidato del peronismo planteó que a partir del 10 de diciembre «cuidará del país» como cuidó de su familia.

También agradeció «a los más de 25 millones de argentinos que fueron a votar, votaran por quien votaran» y sostuvo que Argentina «vive una situación compleja, difícil, llena de desafíos para enfrentar, y que sin embargo creyeron que éramos la mejor herramienta para que el 10 de diciembre empecemos a construir una nueva etapa».

Admitió que «muchos de esos que nos votaron son los que mas están sufriendo», por lo que no les va a «fallar».

Además, exhortó a «la construcción de un régimen laboral moderno, que abrace la tecnología y la capacitación laboral sin perder derechos conquistados», aparte de convocar a una unidad nacional «sobre la base del desarrollo federal, con más federalismo, más coparticipación de las provincias, más desarrollo del norte argentino y de la Patagonia».

Eso mismo le había pedido, minutos antes, el gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien celebró junto a Massa y la militancia peronista en el Complejo ‘C’ de Chacarita, el lugar elegido por UxP para montar su búnker de campaña.

Kicillof, que obtuvo su reelección con casi el 45% de los votos, había pedido «políticas nacionales» que promuevan el federalismo y advirtió que la campaña no finalizaría hasta que Massa fuera presidente.

En su discurso, el ministro y candidato planteó además que «la Argentina que viene es la del abrazo del campo y la industria, el interior y la ciudad, del desarrollo ferroviario, empresarios y trabajadores sentados en la misma mesa».

«Tengamos la capacidad de poder poner punto final a la idea de la destrucción del otro», pidió.

En esa línea, y al dar un mensaje a la militancia en las afueras del Complejo ‘C’, Massa llamó a no caer en provocaciones y «poner la otra mejilla» frente a las agresiones, con el «doble de humildad».

También prometió que trabajará para lograr la visita del papa Francisco en el año 2024, después de que Alberto Benegas Lynch (h), uno de los asesores libertarios, generara controversia y el repudio del sistema político al pedir, en los últimos días de la campaña, «romper relaciones con el Vaticano».

«No hay dudas que frente a un pueblo absolutamente creyente, desde acá le decimos (al papa Francisco) que desde el 10 de diciembre, gobernando la Argentina, vamos a trabajar para que en el 2024 visite la Argentina», insistió el postulante de UxP.

En su discurso, Massa agradeció a los militantes de la coalición oficialista y los definió como «el combustible que sentía cada día en la campaña»; al referirse a nombres propios no nombró ni al presidente Alberto Fernández ni a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En las PASO del 13 de agosto, a nivel de frentes, UxP había obtenido el 27,28% y había terminado en tercer lugar, debajo de Milei y de Patricia Bullrich, la candidata de Juntos por el Cambio (JxC), respectivamente, en lo que había sido una suerte de «empate» entre los tres frentes.

En este turno electoral, sin embargo, la boleta del oficialismo sumó 9 puntos y llegó a 36,62%, dejando al postulante libertario en segundo lugar.

De los 25 millones de votantes, UxP obtuvo en esta oportunidad 9,5 millones, y en el búnker de UxP señalaban que faltan 3,5 millones para llegar a la mitad de los votantes totales en el balotaje del 19 de noviembre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Querés comunicarte?
Escanea el código