Así definió el volver a tener el espacio del Tenis el ex presidente de Los Andes Pablo Paladino, cabeza de conducción de este proyecto político que trata de hacer crecer al club desde lo social.
“Hay que poner el hombro, no por una apetencia personal, sino por Los Andes. Dejamos horas, familia, tiempo de trabajo, para construir no solo la recuperación social y sumar actividades, sino también desde lo moral, que el hincha se sienta orgulloso”
-¿Qué imágenes aparecen ante la recuperación de un nuevo espacio?
-Quiero decir que es un orgullo compartir este pequeño acto de la recuperación del Tenis del Club Atlético Los Andes. Hay que reconocer a los que con su granito de arena hicieron grande a la institución. Nos enaltece tenerlos y seremos más de lo que hoy somos.
Este es un hecho trascendente, y me sale una reflexión muy concreta: Cuando empezamos hace dos años este camino de recuperación, decíamos que para ser un club grande había que solidificarlo institucionalmente, teníamos que sentar las bases de este nuevo club y nos miraban como diciendo que era solo un discurso político y que íbamos a usar a Los Andes como un trampolín.
Muchos no entienden de qué estamos hablando. Esto no se trata de Paladino o Ferreyra, sino del club. Recuperamos la sede, el tenis para el socio, para volver a compartir, para reconstruir a esta institución de Lomas de Zamora.
-¿Qué significa esto para la vida de Los Andes?
-Aquel que no acompaña, que no pone su esfuerzo va contra nuestra querida institución. Hay generaciones de sobrinos, nietos que no vivieron nada de Los Andes, porque hasta hace poco este club no te daba nada. Tenemos que recuperar los espacios, para sumar, porque mañana habrá otros que dirigirán los destinos, que lo deberán hacer de manera honesta y con responsabilidad.
El socio debe vivir en la institución con alegría, encontrarse con la familia, con otro socio y poder disfrutarlo dentro de Los Andes.
-¿Cuánto vale el poder compartir esta recuperación desde el trabajo y el festejo con los socios del club?
-Hay que poner el hombro, no por una apetencia personal, sino por Los Andes. Dejamos horas, familia, tiempo de trabajo, para construir no solo la recuperación social y sumar actividades, sino también desde lo moral, que el hincha se sienta orgulloso, que todos los chicos de la institución sean simpatizantes, socios. Hay que vivir al club.
-¿Qué es lo que viene para el futuro?
-Ese potencial enorme que tiene el club son los jóvenes, las mujeres, el grupo sede. Hay vida y hay futuro para lo que viene. Necesitamos 10 años de consecuencia y coherencia para delante. Hay que seguir, caminar hacia el mismo sentido, con el amor hacia la institución.