Una insólita confusión del personal de la DDI de Lomas de Zamora derivó en la liberación de un detenido, acusado de homicidio. En realidad, los policías se equivocaron de apellido y lo dejaron ir. El hombre estuvo cinco días prófugo y terminó entregándose en los Tribunales de Lomas. La grotesca situación terminó con el pase a disponibilidad de un comisario y dos oficiales.
Al momento de entregarse, el sujeto logró evadir a una gran cantidad de personal policial que esperaba detenerlo en el edificio judicial de Larroque y el ex Camino Negro.
La historia comenzó el pasado viernes 20 de marzo, cuando un oficial de la DDI de Lomas de Zamora ubicada en la calle 12 de Octubre, en Avellaneda se acercó a los calabozos de esa dependencia. «Leguiza, hacé tus cosas que te vas», le dijo el policía a uno de los detenidos.
En su mano, tenía un oficio judicial donde el Juzgado de Garantías 4 de Lomas de Zamora ordenaba la liberación de un hombre de apellido Leguizamón, detenido también en la DDI. La confusión estaba en marcha.
Fuentes judiciales y policiales explicaron que Cristian Leguiza hacía un mes que estaba detenido por un homicidio ocurrido en 2008. De allí, que estuviera muy sorprendido cuando el oficial le dio la noticia.
En una de las oficinas de la DDI que fuera durante la dictadura un Centro Clandestino de Detención Leguiza firmó la notificación de su liberación. Insólitamente, los policías no se percataron que en el papel se ordenaba la liberación de Leguizamón, no de Leguiza.
Tras certificar el domicilio del liberado, los hombres de la DDI dejaron ir a Leguiza. Al llegar a su casa, recibió los saludos de sus padres y amigos. Su mujer tomó el oficio judicial y comprobó el error. «Leguiza quería entregarse pero no quería hacerlo en la DDI por temor a alguna represalia», explicaron las fuentes consultadas por Diario Conurbano.
Las llamadas policiales, que intentaban reparar el «error» fueron insistentes a la esposa. «Basta, el se va a entregar el primer día después del fin de semana largo, en Tribunales. No llamen más», le gritó la mujer de Leguiza a los policías a través de su celular.
El miércoles, tras cinco días de «libertad», Leguiza se entregó esquivando la guardia de los efectivos. Luego fue trasladado al Juzgado Garantías 8 y llevado a una unidad del Servicio Penitenciario Bonaerense