En un acto realizado en el Polideportivo lomense y junto al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, el jefe comunal confirmó que “tomó la decisión política y personal” de ir por un nuevo mandato en el municipio.
La convocatoria de miles de personas que colmaron el lugar para repasar la gestión le sirvió a Insaurralde de excusa para el anuncio: “Tenemos que profundizar los sueños de los lomenses y trabajar para que el 25 de octubre Scioli sea el presidente de todos los argentinos”.
Frente a todo su gabinete y concejales aliados, el jefe comunal volvió a colmar su discurso de liturgia K y reconocimiento para los máximos referentes kirchneristas: “Tenemos la responsabilidad como dirigente de acompañar los sueños de los lomenses, de nuestro gobernador, de Néstor y de Cristina, de Evita y de Perón, acompañando a este proyecto nacional y popular sin tener miedo”.
Ante la pregunta si se debió al “baño de humildad“ que pidió la presidenta a los candidatos, Insaurralde evitó responder en forma directa y eludió explicando que “aquellos que estamos en el FPV tenemos que estar en el lugar donde somos más útiles”.
Si bien para muchos que el intendente lomense pase el tamiz de la Casa Rosada por sus coqueteos con el Frente Renovador de Sergio Massa, sus buenos números en las encuestas provinciales dejaban abierta la posibilidad de otro desenlace.
Con la baja de Insaurralde, en el escenario electoral del Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires solo quedan tres hombres posibles para encabezar la lista a gobernador. El Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el Presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.