Tomás Ghisoni, de 20 años, publicó un video en el que confesó haber acusado falsamente a su padre, el médico obstetra Pablo Ghisoni, de abuso sexual. En un testimonio público de cinco minutos, el joven aseguró que durante más de una década sostuvo un relato impuesto por su madre, la médica Andrea Vázquez, quien actualmente se desempeña como codirectora de Acceso a Justicia en la Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades del Municipio de La Matanza. La revelación podría ser determinante para la causa judicial que aún permanece abierta por apelación, a pesar de que en 2023 un tribunal penal absolvió a Ghisoni de todos los cargos.
El caso, que se inició hace más de una década en el marco de una conflictiva separación y disputa por la custodia de tres hijos, tuvo consecuencias judiciales, familiares y mediáticas de alto impacto. En 2014, Tomás y uno de sus hermanos menores denunciaron por abuso sexual agravado a su padre. A raíz de ello, Pablo Ghisoni estuvo tres años detenido —dos de ellos en una institución psiquiátrica y uno bajo prisión domiciliaria— hasta que en 2023 fue absuelto por el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Lomas de Zamora. Su hijo mayor, Francisco, siempre negó los hechos y defendió públicamente a su padre.
La denuncia de abuso surgió poco después de que el Tribunal de Familia de Lomas de Zamora decidiera en 2012 otorgar la custodia de los tres hijos a Pablo Ghisoni. La madre, Andrea Vázquez, se había presentado previamente con más de 40 denuncias contra su exesposo, en su mayoría por violencia familiar. Tras la resolución judicial, dos de los menores fueron retirados del domicilio materno por la fuerza pública. Días después, Tomás y su hermano denunciaron abuso sexual contra su padre, lo que revirtió la decisión judicial y les permitió volver con su madre.
La confesión de Tomás y su impacto judicial
En el video difundido este sábado, Tomás expresó: “Hoy puedo decir con dolor, pero con sinceridad, que lo que declaré sobre mi padre fue mentira”. Aseguró haber sido utilizado “como una herramienta de venganza en una guerra que no era mía” y relató cómo fue inducido a sostener una historia construida por su madre, desde qué decir hasta qué dibujar para reforzar el relato.
“Fui usado. Perdí confianza en mí, en mi familia y en mi padre. El daño que causé es incalculable. Lo reconozco, lo lamento profundamente y estoy dispuesto a enfrentar las consecuencias”, afirmó Tomás, quien también pidió perdón públicamente a su padre y sus hermanos.
La causa judicial sigue técnicamente abierta. Si bien la fiscalía no apeló el fallo absolutorio dictado en 2023, la madre de los denunciantes, Andrea Vázquez, sí lo hizo. Tras la confesión de Tomás, la Cámara de Apelaciones deberá ahora evaluar si confirma la absolución de Ghisoni o habilita una reapertura del caso, lo que podría reconfigurar el escenario legal.
Las posturas enfrentadas y el uso del SAP
El caso expuso también un debate profundo sobre el uso del llamado Síndrome de Alienación Parental (SAP), una figura controvertida y sin respaldo científico, pero que fue considerada por el tribunal de familia al momento de quitarle la custodia a Vázquez en 2012. Organizaciones feministas y la propia madre denunciaron que esta figura fue usada para deslegitimar las acusaciones y revictimizar a las infancias.
Andrea Vázquez sostuvo públicamente que la justicia ignoró “pruebas fehacientes como son las lesiones físicas y la palabra de las víctimas”. También anticipó tras la absolución que “esto no se termina”, y encabezó junto a agrupaciones feministas un acto en el Congreso Nacional para repudiar el fallo.
Francisco Ghisoni, el hijo mayor de Pablo, nunca acompañó la denuncia. Se quedó del lado de su padre y en 2023 declaró en el Senado sobre el daño que causó, a su entender, la manipulación materna. “Vi cómo mi madre manipuló la situación. A mí también intentó convencerme, pero yo no accedí. Nunca me tocó, nunca me hizo nada. Si hubiese sido verdad, yo sería el primero en denunciarlo”, expresó entonces.
Actualmente, Pablo Ghisoni se encuentra en libertad, a la espera de la resolución judicial definitiva. La confesión de su hijo Tomás podría convertirse en una pieza clave para cerrar definitivamente el proceso, aunque la última palabra la tendrá la justicia.