Victoria agónica de Los Andes en el debut de Nardozza

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El Los Andes de Nardozza venía de un duro golpe, arrancó perdiendo, se levantó y de manera merecida ganó 2-1 ante Atlanta con varias maniobras de peligro y un penal en el final.

A los 8 minutos Castro tras una supuesta mano en el área de Segovia marcaba el primero. Expulsión de Pinto en el cierre de la primera parte y toda la carne al asador por parte del entrenador. Su cambio, Ale Noriega estampó el empate de cabeza a los 19 del complemento. Infracción contra Oswaldo en el descuento y grito sagrado del “Chipi” Vera desde los 12 pasos.

Una famosa frase del “Flaco” Menotti manifiesta que la heladera va en la cocina, la cama en el dormitorio y el inodoro en el baño. Para ser mas simples, cada cosa en su lugar.
Que puede hacer un entrenador en 48 horas teniendo que jugar un encuentro de eliminatoria, poco para la teoría o la lógica, pero Nardozza rompió con esto y cuanto menos, hizo lo necesario para levantar a un equipo desmoronado de la cabeza y hacerlo dar vuelta un resultado

Primero con sentido común, motivándolos, haciéndoles creer que son guerreros, que están para comerse al rival en 90 minutos. Explicándoles que no se olvidaron de jugar, que en algún momento habían mostrado rendimientos superlativos, y que podían llegar a lograrlo

Lo otro fue usar la cabeza para poner cada futbolista donde se potencia más. Una de las críticas para De La Riva era la utilización de apellidos en puestos de la cancha donde no se les podía sacar todo el jugo, ejemplo Pajón de carrilero, Rose haciendo toda la banda o el “chipi” Vera de conductor.

Que hizo el ex Acassuso, Platense y Estudiantes, línea de cuatro, la vuelta de Bravo, Pajón y Barale con sostén atrás, Ortiz de conductor (el único capacitado por características), mas Vera y Soriano en la zona de definición

Duro revés sufrió en el comienzo porque lo peor para un plantel diezmado, es un cachetazo de arranque. Supuesta mano de Segovia en el área y gol de Castro a tan solo 9 minutos de haber comenzado el juego.

Con los destellos de Ortiz, las aproximaciones de Pajón, la movilidad de Vera y un Soriano donde tenía que estar, en el teatro de los sueños, Los Andes se fue acercando, fue demostrando que la ventaja era injusta, y tuvo dos demasiado claras, mas allá de otras chances de peligro

Soriano primero tuvo cuchillo y tenedor para servirse su plato más sabroso, pero no llegó por un centímetro y Vega le ahogo el grito.
Luego Andrés cabeceó muy cruzado en una exquisitez de Ortiz y la caprichosa beso el palo derecho menospreciando el gol
Para colmó al capitán le tiró el aductor y fue reemplazado por Blanco, guardándose Nardozza su ancho de espada, ese que sería determinante en el complemento.

Punto de inflexión a los 45, porque Pinto, de manera infantil, le pegó sin pelota a Barale, yéndose a las duchas
Toda la carne al asador para el episodio final, ese que sería de pura felicidad. Noriega por Barale, 4-2-1-3 y a buscarlo como sea.

Pero fue preciso, inteligente el “Milrayitas” que hizo de local en Morón para encontrar la debilidad del rival y el punto mas fuerte de su ataque, la cabeza de Alejandro Noriega.

Así en el amanecer, el lungo bajó algunas pelotas, que fueron la antesala del primer desahogo. A los 19, centro de la izquierda, y por encima de Vega, el optimista del área sentenció el 1-1, más que merecido.

Corriendo por la línea como un jugador más, el técnico los mandó adelante no solo con la palabra, sino con los hechos; Bevacqua en lugar de Zeballos, jugándosela, quedando mano a mano en el fondo, pero sabiendo que era vital para el ánimo, dar vuelta un resultado, pasar en la Copa y tener 10 días para Acassuso.

Los caminos estaban abiertos, Bevacqua falló en la última puntada al igual que Noriega que se nubló frente al arco, pero en una jugada más que polémica vino el segundo. Aparentemente el juvenil Noce lo tocó a Blanco y Ricardo Vera tuvo el premio a la perseverancia para anotar el 2-1 de penal.

Los cuatro costados del Urbano estallaron, dirigentes, allegados, jugadores, cuerpo técnico y todo Lomas de Zamora sacándose de encima, cuanto menos por unos instantes, el no jugar de local, los problemas del día a día, el mal momento personal de un compañero, el 0-4 de Jáuregui con la salida del entrenador y el dar vuelta un resultado, que no se veía desde el 3-1 en Barracas con dos de Romero y uno de Gómez.

Es una primera imagen que tiene tintes positivos como las ganas que le impregnó un cuerpo técnico que se nota vive y trabaja con intensidad, que es serio y que ojala se pueda augurar un buen futuro.
Sin hacer cambios rimbombantes, puso las cosas donde debían estar, los jugadores donde mejor se potencian, y le dio confianza a apellidos pesados como Ortiz, que aun con sus lagunas es importante para el circuito de juego, Ricardo Vera con movilidad en los últimos metros y un animal del área como es este Ale Noriega

Hay que corregir porque Bravo se mostró un tanto dubitativo, Segovia no siente tanto la posición de lateral, a Pajón muchas veces le quedó la cancha al revés, Barale no termina de definir que hacer en el pase final y Soriano está con una sal importante

Es un camino tomado que tiene luz, que puede ser positivo, pero hay que esperar tiempo, trabajo que desencadenan en rendimientos y resultados para comenzaron con veredictos que tengan un sustento en su explicación.

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