La familia de Claudia Peñalba, la mujer embarazada presuntamente asesinada por su marido y vivía en el barrio Villa Rita de esta localidad, cuestionó el accionar médico y de la Justicia que podría liberar al único acusado, Diego Sosa.
“Tengo miedo que liberen a este loco y le den a la nena. Él la maltrataba psicológicamente a mi hija y a mi nieta”, aseguró Nelly Quiroga, madre de Peñalba, en declaraciones a ‘Ciudad Animal’ por FM VOCES.
Quiroga señaló que es posible que liberen a Sosa así como que hay “muchas desprolijidades en la causa”. “No me cierran muchas cosas sobre el caso”, apuntó.
“Confío en la fiscal Viviana Giorgi pero de las demás cosas desconfío. Necesito muchas respuestas. Tengo la seguridad que él la termino de golpear”, subrayó.
De acuerdo con fuentes policiales consultadas por Télam, en un momento de lucidez, antes de morir, la víctima alcanzó a señalar a su pareja como quien la había golpeado. Entonces, Sosa fue detenido y quedó a disposición de la fiscal Viviana Giorgi, ante quien declaró que «jamás» le pegó a su mujer.
“Ella estaba golpeada pero los médicos dicen que los golpes fueron de las personas que la llevaron al hospital. Si siguen así me van a decir que quienes la llevaron le ´machucaron´ la nariz”, ironizó.
Quiroga informó que la autopsia realizada a Peñalba dice “muerte no traumática”. Y agregó: “Llegó a la muerte ‘en consecuencia de’. Espero que no me digan que él no es culpable de nada”
De acuerdo con la versión de Quiroga, el lunes ella se fue a hacer un trámite y luego la llamaron para decirle que su nieta (10) se había despertado y había encontrado a su hija «tirada, con sangre» y como no respondía, la llevaron al hospital. En el medio le avisaron a Sosa y según le contaron sus familiares y vecinos, cuando éste llegó a la casa «se golpeaba la cabeza contra la pared y decía: `Es mi culpa`».
Según dijeron los voceros policiales, Peñalba fue trasladada a la Unidad Primaria de Atención (UPA) de Lomas de Zamaora, donde constataron que había sufrido fuertes traumatismos en el cráneo y, por la gravedad de su estado, la derivaron a la Clínica del Niño de Quilmes. Allí, los médicos le hicieron una cesárea de urgencia que permitió que la beba naciera sólo con 1,2 kilos, e internaron a la mujer en terapia intensiva, donde su cuadro empeoró y murió el miércoles.