Crivelli es el héroe del ascenso de Temperley a la “B” Nacional. Atajó dos penales, metió el suyo y llevó al “Gasolero” al cielo, a ese ascenso tan anhelado. En los 90 fue 1-0 por el gol de Rojas a los 45 del complemento. El “Celeste” jamás bajó los brazos y aun sin muchas ideas logró el gol que lo llevó a los doce pasos. Ahí, “Supermán” fue el mas grande, porque sobre la derecha tapó los remates de Rodríguez y Vega. Además falló Melivilo. Locura en el Beranger. Rezza el ideólogo, y una dirigencia que mantuvo una línea para obrar, llegando a este momento sin deudas, con obras hechas, y ahora un ascenso.
Las Manos de Dios tenían que aparecer para ascender a Temperley al Nacional. Sufrido como siempre, pero merecido por donde se lo mire, porque desde la llegada de Rezza, salvo algunos tropiezos como en el clásico, este equipo puso las credenciales sobre la mesa, fueron todos por el mismo camino, dejaron el alma y lograron lo que se propusieron
Dos años de una gestión que se puso como meta levantar la economía, hacer obras, y forjar que el socio vuelva al club, lo que iba a dar como resultado un ascenso. Sin derrochar dinero, ni hacer locuras, se pensó en futbolistas del Torneo Argentino, algunos que ascendieron con Brown y los juveniles, que terminaron siendo fundamentales, caso Romero, Salina y el que llevó todo a los penales, Rojas a los 45 minutos.
Pero el héroe es Crivelli, el mejor arquero de la categoría, un hombre con condiciones para mínimo atajar en la “B” Nacional. Cuando todo se moría ese gol fue levantarse y andar, para luego tocar el cielo con las manos.
Porque el primer penal de Sambueza dejaba paralizada al pueblo “Celeste”, pero “Fede” puso las cosas en su lugar para tapar el remate de Rodríguez. Luego supo como patear el quinto llevar todo al mano a mano y allí, tras otra vez la aparición de Rojas, fue Crivelli quien en el palo derecho contuvo para ese grito sagrado, esa voz contenida durante tanto tiempo.
Fueron arrolladores los primeros cinco minutos de Temperley. Con un remate de Di Lorenzo comenzaba a inquietar. La temprana amarilla a Barreiro le exigía al “Gasolero” atacar por la derecha dado que el lateral visitante estaba condicionado.
Pero los nervios hicieron que el prólogo del encuentro se estirará más de la cuenta y la historia no se afiance. Los porqué se encuentran a partir de que los de Rezza presionaban, recuperaban de la mano de Arregui y Salina, pero les faltaba cambio de ritmo dado que lo de Sambueza fueron atisbos, pero se los notaba demasiado contenidos a Di Lorenzo y Brandan, que estuvo mas por el piso y peleando con los defensores visitantes, que intentando gestar.
Platense defendiendo el 1-0 logrado en Vicente López lejos de Crivelli, bien abroquelado, pero sin intentar mucho, Vega muy solo, con alguna aproximación de Rodríguez y no mucho más.
Un centro desde la derecha que López se llevó por delante era lo mas inquietante, mas otro envío de Sambueza donde lo tomaron al “Animal”
La mas clara a los 31 minutos, cuando el de Fiorito la bajó de cabeza para un Arregui que definió al cuerpo de Flores.
Otra vez vorágine en el segundo tiempo, pero poco libreto ofensivo y una mala noticia. En el amanecer López que venía mal físicamente pidió el cambio por eso entró Corado.
La actitud no la negociaban, pero entre la mezquindad lógica de un equipo que estaba arriba en el marcador global, y otro que no encontraba los espacios ante la férrea defensa del de enfrente, lo que mantenía en vilo al duelo era ese escaso 1-0 para los de Vicente López.
Poco pasaba, el ímpetu estaba y para peor, Cucco de manera infantil se llevaba la roja por pegarle a un rival en el área de enfrente. Un pelotazo inhóspito un tiro de Rojas que descolocó a Flores y el gol que llevó todo a los penales, esos que lo pusieron a Crivelli en la cima.
Yerros de Sambueza y Rodríguez. Goles seguidos de Corado, Paez y Di Lorenzo hasta que Melivilio la levantó por encima del travesaño. Quiñonez se equivocó, Pansardi lo empató y en el quinto Vega y Crivelli fueron soberbios.
En la serie de uno no titubearon Arregui, Molina y Rojas, pero Humberto Vega anunció el derechazo y ahí Temperley ascendió a la “B” Nacional.
Todo se congenió. Una dirigencia seria, con convicciones, un presidente con una proyección enorme, sabiendo que primero tenía que levantar el club para que llegue esto. La gente que acompañó a un plantel que armó bien Biggeri, con variantes, pero que llegó un momento donde no le encontraba la vuelta.
La sabía decisión de traer al mejor técnico de la categoría, ese que fue manoseado en la etapa Morrone, pero que demostró toda sus palmares, su tranquilidad en la adversidad, su temperamento para poner a los chicos como Salina en lugar de Giannunzio, a Barrios y Romero en los laterales o Rojas en el segmento cúlmine.
Y el plantel, que tuvo la humildad de saber que tenía que jugar el que estaba mejor, que el conductor del grupo iba a elegir a sus 11 titulares por el rival y el momento de cada uno, y porque mas allá de algunas diferencias que podían existir, todos tiraron para el mismo lado para festejar en una madrugada que no se olvidarán jamás