Los familiares del subcomisario Juan Carlos Klodczyk, asesinado durante una salidera bancaria en Remedios de Escalada en 2011, reclamaron ante la apelación de absolución de los hermanos Daniel y Adrián Vicente, juzgados en junio pasado por el crimen
El abogado Jorge Luis Esquivel presentó por segunda vez el pedido legal de la familia ante la Cámara de Casación Bonaerense, en oposición a la absolución dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Lomas de Zamora, que el 30 de junio pasado liberó a los acusados tras absolverlos.
Sara Avallay, la mamá de la víctima dijo a Télam: «Tuvimos mala suerte con la fiscal que nos tocó, porque todos los testigos reconocieron a los acusados pero no acusó, ahora tenemos que buscar justicia otra vez para que los delincuentes no destruyan la vida de otras familias ya que la inseguridad está viva en la puerta de cada casa»
«Mi hijo -por el subcomisario muerto- era una persona especial, buena y noble. No puedo pensar que él no está conmigo, pero es la realidad. Lo extraño mucho y queremos justicia para que él descanse en paz», remarcó la mujer.
Los hermanos Vicente habían llegado detenidos al debate oral acusados del homicidio criminis causa de Klodczyk durante una salidera bancaria, el 12 de diciembre en 2011.
La absolución de los acusados se produjo luego de que la fiscal del juicio, Marcela Dimundo, no acusara por considerar insuficientes las pruebas en su contra.
Juan Carlos Klodczyk era sobrino del ex jefe de la policía bonaerense Pedro Anastasio Klodczyk, fallecido a causa de una enfermedad en el 2000.
El hecho ocurrió el 12 de diciembre de 2011, cerca de las 12.30, cuando el subcomisario acompañó al banco a su tía Alicia para que retirara 12.000 pesos de su pensión. Tras la diligencia, ambos decidieron almorzar a la parrilla «Diógenes», de Lanús, y cuando iban hacia allí, en Esquiú y avenida Perón, fueron interceptados por tres ladrones armados con fines de robo.
Mientras la tía, que llevaba el dinero, salió corriendo rumbo a la parrilla, el efectivo se resistió al robo y los delincuentes lo atacaron a balazos y luego lo remataron en el suelo.
En la huida, los delincuentes gritaron; «¡Lo pusimos…lo pusimos!», mientras reían a carcajadas.