En la cuarta audiencia del juicio oral y público que tiene como imputados a Nicolás David Ayala y Jonathan Enriquez por “homicidio agravado” y “encubrimiento agravado”, respectivamente, declararon los tres testigos que no llegaron a hacerlo durante la audiencia anterior.
El testimonio que más se destacó fue el de Ezequiel Velis, una de las tantas personas que estuvo presente en las inmediaciones del boliche Petrus de Ingeniero Budge cuando un Ford Sierra frenó ante una multitud de jóvenes y desde su interior se efectuaron varios disparos que dejaron como saldo dos muertos y un herido.
Velis dijo que tenía un vínculo con Galarza en aquel momento, y cuando ocurrió la tragedia, estaba estacionado en su auto junto con dos amigos y su novia, evaluando si iban a ingresar o no al boliche.
Según su relato, mientras tomaban una decisión, alcanzaron a ver que dos bandas se enfrentaban a golpes de puño sobre la calle. Por curiosidad, se bajaron del auto, y cuando Velis le quiso abrir la puerta a su novia, empieza a escuchar disparos.
Inmediatamente, Velis se volteó para entender qué sucedía y vio “una mano” que estaba “apoyada” sobre la ventanilla trasera del lado del conductor de un Ford Sierra, y disparaba hacia la multitud del grupo que estaba en la esquina.
La reacción siguiente del muchacho y sus acompañantes fue meterse rápidamente en el auto para protegerse. Una vez adentro, vieron cómo el vehículo se iba “perseguido por un móvil de la Policía”.
Al contrario del resto de los testigos que identificaron al tirador como la persona que viajaba en el lugar del medio de la parte de atrás del auto, Velis declaró que, según alcanzó a ver, quien efectuó los disparos fue el que viajaba “en el asiento de atrás del conductor”.
A su vez, para explicar la acción que hizo el agresor, el testigo empleó la expresión “extendió el brazo”, y cuando fue interrogado por las partes acerca de qué quiso decir con esto –había hablado de “una mano” minutos atrás-, Velis aclaró que el tirador “cruzó su brazo derecho y sacó la mano por la ventanilla”.
En lo que sí coincidió con el resto de los testigos es que eran cinco personas las que viajaban en el Ford Sierra.
La defensora oficial de Ayala, Graciela Caldini, solicitó en más de una oportunidad que se dejara constancia de los dichos de Velis debido a que su relato no concuerda con el del común de los testigos.
Sin embargo, los testimonios más contundentes habían sido pronunciados en anuencias anteriores, y según había señalado el abogado de la familia Galarza a Info Región, Gustavo Mendieta, “es seguro que Ayala fue quien disparó”.