Comenzó el juicio por el crimen de Lautaro Bugatto

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Poco más de dos años pasaron del trágico episodio y hoy comenzó el juicio al policía acusado por el homicidio de Lautaro Bugatto. Será en el Tribunal Oral (TOC) 10 de Lomas de Zamora, a cargo de los jueces Daniel Julio Manzini, Susana Silvestrini y José Ignacio Polizza, a partir de las 9.

Gonzalo Bugatto, hermano de Lautaro, resaltó que la elevación a juicio fue “con la carátula de homicidio simple”, lo cual “cambia radicalmente la condena y por ende la pena”. En este sentido destacó la investigación llevada a cabo por el fiscal Juan José Vaello y el juez Gabriel Vitale.

“Afortunadamente nos tocó un fiscal y un juez que atendieron y trabajaron la causa con responsabilidad y sobre todo con el valor que amerita la justicia”, valoró señalando que “han desentramado las irregularidades policiales”. Se prevé que el juicio se desarrolle en 8 audiencias durante las próximas tres semanas.

El hermano de Lautaro sostuvo que “la reacción” del acusado David Benítez (32) “no hacen otra cosa que indicar que es un asesino y que él era consciente de lo criminal que fue”. “Nosotros queremos una sentencia que sea ejemplificadora, por el homicidio, por la actitud de él, por los agravantes de que es funcionario policial”, expuso, y bregó por que el caso “marque un precedente”.

“Mi deseo y el de toda mi familia es que vaya detenido y que le quiten el beneficio por el que está en libertad. Porque él está en libertad y nosotros estamos condenados de por vida”, exclamó Gonzalo. Benítez llega al juicio en libertad.

Gonzalo destacó que Benítez no presentó en ningún momento “una actitud de arrepentimiento”. “El se acercó a dos metros de mi hermano y nunca pregunta qué pasó, si estaba bien”, comentó y acusó que nunca se identificó como efectivo policial, alimentando el desconcierto de la familia.

“Cuando cae herido mi hermano, Pablo (amigo de Lautaro y testigo) cuando ve alguien parado en la mitad de la avenida con un arma en la mano, se le acerca y le dice ‘¿Qué hiciste hijo de puta? le disparaste a mi amigo’ y Benítez apuntándolo en la cabeza le dice: ‘Quedate ahí, quedate quieto porque te mato’”, relató. “Se sube a su vehículo, pero mi mama y una amiga de la familia se tiran arriba del capot del auto, para que el tipo no se vaya”, completó.

Lautaro Bugatto tenía 20 años cuando, el 6 de mayo de 2012, falleció en la puerta de su casa ubicada en Burzaco, Almirante Brown. El futbolista de las divisiones inferiores de Banfield que jugaba en Tristán Suárez a préstamo y tenía una hija de 2 años fue alcanzado por una de las siete balas disparadas por el policía David Ramón Benítez.

En el juicio no sólo se juzgará la responsabilidad de Benítez por el asesinato de Bugatto, sino también se develarán las irregularidades en torno a la causa. La investigación judicial ha sido atravesada por una larga serie de irregularidades: no se resguardó la escena del crimen por parte de la policía; los proyectiles desaparecieron y las vainas fueron manipuladas antes de que lleguen los peritos judiciales; el automóvil Renault 12 de Benítez -que fue hallado intacto aquella noche- apareció después con dos orificios de bala como si alguien hubiese disparado contra el policía ; la carátula inicial de la causa, “homicidio con dolo eventual”, fue reemplazada por “homicidio por exceso en legítima defensa” y finalmente por “homicidio simple”.

“Desde el inicio de la investigación penal, una de las primeras irregularidades fue el ocultamiento al fiscal de un testigo clave. Luego apareció el auto de Benítez con dos agujeros de supuestos disparos,  que pretendió ser utilizado para la versión de un presunto enfrentamiento. Sin embargo, el mismo día del asesinato de mi hermano, la Brigada le había sacado fotos al auto y estaba intacto. Es decir, desde el comienzo se intentó pasar la historia como producto de un enfrentamiento para que la carátula fuera ‘exceso en la legítima defensa’ o alguna figura que atenuara las posibles condenas”, explicó Gonzalo a Andar Agencia, quien agregó: “Se comprobó que el arma de Benítez tenía un funcionamiento correcto, lo que implica que existió una voluntad criminal al realizar los disparos”.

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