Familiares de Milo aseguran que se encuentra bien pero «se pone muy nervioso ante cualquier ruido»

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Gerardo, el tío de Milo Ladriel, el bebé apuñalado en Budge, explicó que “se pone muy nervioso ante cualquier ruidito”, pero que de salud “está bien”.

El 12 de agosto fue acuchillado en su vivienda de Ingeniero Budge, por delincuentes que ingresaron a la vivienda, estuvo internado y el fin de semana pasado recibió el alta y volvió a su casa. Le quedaron algunas secuelas por el ataque y su familia quiere mudarse de barrio.

Gerardo comentó que está “perfecto”, aunque sigue “asustado”. “Ante cualquier ruidito se pone nervioso”, graficó. Consideró que es secuela del “mismo susto” por el ataque. Además, Milo tiene “algunas dificultades” a la hora de llorar, pero confía en que se irán “con el tiempo”.

El bebé tiene que ir el miércoles al neurólogo por unos de sus ojos que todavía no puede abrir con normalidad debido a los cortes que sufrió. Los profesionales que lo atienden no descartan que aparezcan “otras complicaciones”, cosa que “se tiene que ir viendo con el tiempo”, contó.

Tras el ataque, la mamá y Milo cuando recibió el alta, se fueron a vivir a la casa de un familiar por “temor”. Se hospedan en la casa del abuelo ya que María “no quiere volver a vivir a su casa por el ataque sufrido”, explicó. “Tiene miedo (de volver a vivir ahí) y (la casa) le recuerda todo lo malo que vivió. Ella no quiere volver. Cada vez que entra a la casa se quiebra”, amplió.

Debido a los escasos recursos de la familia, vecinos organizaron un festival para recaudar fondos, con el objetivo de construir una habitación para María Belén y Milo en la casa del abuelo.

La mamá de Milo acudió a los Tribunales de Lomas de Zamora la semana pasada para dar detalles de las características físicas de los atacantes.

El 20 de agosto familiares y allegados protestaron frente a los Tribunales de Lomas de Zamora, cortando Camino Negro, reclamando la detención de los sospechosos por el brutal ataque al bebé y el cambio de jueza Marisa Salvo, que tiene a su cargo el caso. También reclamaron sanciones a los policías que, cuando sucedió el ataque, “no hicieron nada”, según había manifestado la madre de Milo.

Durante la madrugada del 12 de agosto, al menos dos delincuentes ingresaron a la casa de Milo y lo acuchillaron. La familia asegura que fue un robo, pero la Policía no descartó la hipótesis de un ajuste de cuentas, versión que el entorno del bebé rechaza con énfasis.

El pequeño fue trasladado con urgencia al Hospital El Cruce, de Florencio Varela, donde ya había perdido un 60 por ciento de sangre y presentaba un corte que se extendía de la espalda hasta el cuello. “Entró con un diagnóstico de shock hipovolémico producto de dos heridas cortantes que requirieron un tratamiento intensivo”, habían informado desde el centro de salud. Doce días después recibió el alta y pudo volver con su familia a su hogar.

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